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Erase una vez un perro que era de color negro, y guardaba un hueso en un cajón, cajón de color madera, que denotaban , que era de una antigüedad del siglo pasado, dicho hueso guardaba un mapa del tesoro, pero para ello el perro desde cachorro debía pasar unas pruebas de habilidad, solo superadas gracias a la perseverancia de su dueño
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El perro ya había vivido muchas aventuras, la que recordaba más cercana era en un barco pirata, enfrentando se con su espada a los piratas al temible oleaje, además de las tormentas, y por las noches bebiendo ron
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Hubo un tiempo que la belleza del perro, le había hecho actuar en Hollywood para secuencias de de acción, sus paseos por la playas, acompañando a sus dueños, con los patines al lado del paseo marítimo, le otorgaban una gran fuerza resistencia, y preparación para su siguiente aventura
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Cansado el perro de ver el mundo, y a la gente pasar tras el cristal de un escaparate, decidió emprender la aventura solo con éxito, pero en su interior deseaba tener un compañero, con el que compartir sueños, noches y días, proyectos y ambiciones
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El gran perro negro tenía una dueña que se llamaba Lorena, que ella solía vestir de negro y era morena, le llevaba todas las noches a irlandeses a beber cerveza donde actuaba el mago el gran Nicolás
En una pizarra que él escribió le dijo donde se encontraba un tesoro, estos pensamientos le vinieron al perro estando en un baño de su casa encerrado donde había vaho y polvo
Vivía por Juan bravo, y él quería encontrar un doblón de oro como los antiguos piratas
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El perro negro desde su casa solía oír el sonido del agua azul, exactamente igual que el cielo, y paralelamente escuchaba el sonido de una flauta tocada por sirenas, que le guiaban a buscar el tesoro
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