Adrian había nacido en Málaga,
pero en verano hacía giras por toda Andalucía, un día le tocó ir a pinchar a
Mojacar a la fiesta del mojito, él
quería ser dj de electrónica. Tenía como maestro a un genio llamado Roberto, era
un sabio de la física y seguidor de un gran genio llamado Einstein
Un día conoció, a la doctora
Maribel, nacida en Islas Canarias, que le despertó de un letargo de sesión de
dos horas, empezaron a tener una relación intima, y a enamorarse cuando sonó la
canción de Jaime Urrutia Maribel, el momento más romántico, era cuando los dos
coincidían, y ella se sentaba en sus rodillas
Su amigo Fermín nació en Pamplona,
y había viajado con sus padres por Pamplona País Vasco y Navarra, hasta que un
día le tocó pinchar en el casco viejo de Pamplona
Conoció a la pelirroja Araceli, pícara
diablesa y vampiresa, que te hace soñar cuando besa, e iba con una amiga, del
cual olvidé su nombre
Araceli conoció a Fermín, viajando
80 días en globo por todo el mundo. Ella trabajaba diseñando globos numéricos
de gas, era infinita en la cantidad de colores, como la cantidad de globos, que
fabricaba al día 99, nació en Alemania y su color era el plateado, su apodo era
Nena
Anabel era una rubia de vaqueros cortos, y ojos
azules de ciencia ficción, y fotógrafa nocturna, conocía la fotografía de la
guerra civil, en colores como blanco y negro sanguina y marrón, y vestidos e
iluminación de época. Le costó mucho adaptarse al mundo digital, en un ambiente
oscuro, sombrío, bohemio, y freak.
Casi el fin de la noche lo ponían
los tres cerditos, uno era el cerdito sabio que se llamaba Benito, que
estudiaba filosofía y sabía de justicia y leyes
Otro era Jacinto, apodado “el
negro”, promotor deportivo y amante del fútbol, y conocedor de sitios exóticos,
del este asiático allá por Tailandia
Otro era Emilio, modelo, conocedor
de ambientes sombríos del centro de Madrid, y de gente de mal vivir extranjera
Todo se torcía de dos y media a
cuatro de la mañana cuando se pasaba a la experimentación y consumo de tóxicos